Hay amigo, cuanta porquería junta. Sí, tantos apuntes, tantos problemas hecho 10 y 15 veces para acordarse de como se hacían, tantos y tantos papeles…
Lógicamente, estoy reordenando mi cuarto, bueno, mi cuarto, mis cosas, porque ya tenía invadido hasta el dormitorio de mi hermano, y la sala de máquinas, como le llamo yo.
De momento, 4 bolsas tamaño grande de una tienda de bricolaje conocida, ya están lleno de papeles, listo para echarlos al contenedor de reciclaje. Aún tenía hasta las cajas de móviles de hace más de 4 años!!, sencillamente increíble.
En parte, es normal, estos últimos años, al estudiar fuera y mover todo durante los veranos, me dejaba muy poco tiempo para reordenar los apuntes, así que poco podía hacer más que amontonarlos, de una formas más o menos ordenado. También ocurre ahora que mantener mucho de esos apuntes no tiene sentido, y por eso irán a vivir una nueva vida.
Apuntes de la universidad, vale ¿Pero y los libros de Bachillerato? ¿Y los de la ESO? ¿Y un libro de 8º de EGB?… sin palabras.
Otra de las cosas que estoy ordenando son las herramientas, cables, conectores y todo tipo de “cosa” que sirva para este mundillo de la informática. Ahora mismo, tengo debajo de la alfombrilla del ratón un disco duro Maxtor de 1.6 gigas del año 97. Perteneció a mi primer PC, un Pentium 200 MMX con 16 megas de ram.
En fin, hay un montón de cosas de las que algunas ya ni me acordaban que pasaron por mis manos y otras que no hacían más que coger polvo, que en nada desaparecerán.